SEXTO AÑO
LOS DISCURSOS DE PERÓN
Discurso
pronunciado por J. D. Perón el 25/08/1944 ante la Cámara de Comercio.
“Señores
capitalistas, no se asusten de mi sindicalismo, nunca mejor que ahora estará
seguro el capitalismo, ya que yo también lo soy, porque tengo estancia, y en
ella operarios. Lo que quiero es reorganizar estatalmente a los trabajadores,
para que el Estado los dirija y les marque rumbos y de esta manera se
neutralizarán en su seno las corrientes ideológicas y revolucionarias que
puedan poner en peligro a nuestra sociedad capitalista en la posguerra”.
Palabras
pronunciadas por J. D. Perón en el acto de proclamación de su candidatura,
12/02/1946. “…
soy, pues, mucho más demócrata que mis adversarios, porque yo busco una
democracia real, mientras que ellos defienden una apariencia de democracia, la
forma externa de la democracia. Yo pretendo que un mejor estándar de vida ponga
a los trabajadores, aun a los más modestos, a cubierto de coacciones
capitalistas; y ellos quieren que la miseria del proletariado y su desamparo
estatal les permitan continuar sus viejas mañas de compra o de usurpación de
las libretas de enrolamiento”.
Ser peronista, 17 de octubre de 1949.
"(...) Luchamos por la independencia y la soberanía de la Patria, por la dignidad de nuestros hijos y de nuestros padres, por el honor de una bandera y por la felicidad de un pueblo escarnecido y sacrificado en aras de una avaricia y un egoísmo que no nos ha dado sino dolores y luchas estériles y destructivas. Si el pueblo fuera feliz y la Patria grande, ser peronista sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber."
"(...) Luchamos por la independencia y la soberanía de la Patria, por la dignidad de nuestros hijos y de nuestros padres, por el honor de una bandera y por la felicidad de un pueblo escarnecido y sacrificado en aras de una avaricia y un egoísmo que no nos ha dado sino dolores y luchas estériles y destructivas. Si el pueblo fuera feliz y la Patria grande, ser peronista sería un derecho. En nuestros días, ser peronista es un deber."
Desde el balcón de la
Casa Rosada, el 31 de agosto de 1955.
“desde ya, establecemos como una conducta permanente para
nuestro movimiento que aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en
contra de las autoridades constituidas, o en contra de la ley o la
Constitución, puede ser muerto por cualquier argentino. [...] La consigna de
todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una
acción violenta con otra más violenta. ¡Y cuando uno de los nuestros caiga
caerán cinco de ellos!”.
El historiador Félix Luna sostiene: “La oratoria de Perón era fresca, original, feliz en sus
ocurrencias y hasta en sus ocasionales chabacanerías. Expresaban una
personalidad arrolladora, sanamente agresiva, nutrida de una sabiduría
suburbana que su auditorio comprendía inmediatamente. Los discursos de 1955, en
cambio, fueron ululantes convocatorias al odio”.